La esencia que anima a esta Escuela tomó forma en 1991 en el Centro Dr. Edward Bach (CEB), de Madrid. En aquel querido espacio ya formábamos terapeutas florales competentes, la mayoría de los cuales supieron hacerse un lugar de reconocimiento en el ámbito terapéutico español. El CEB fue tanto un centro de formación y divulgación floral como un ámbito de investigación clínica. Muestra de lo anterior fue la colaboración asistencial con el Centro de Salud Mental de Colmenar Viejo: una experiencia pionera en Europa que tuvo como objetivo observar lo que sucedía en casos de administración conjunta de psicofármacos y remedios florales o de substitución gradual y controlada de los primeros por esencias florales.
Más adelante inicié una colaboración profesional con el laboratorio homeopático Phinter Heel, que nos permitió difundir la terapia floral a profesionales de la salud en España, Portugal, e incluso en el marco de la educación pública, por ejemplo, en la Universidad Politécnica de Madrid. Para cumplir el grado de exigencia de esa multinacional alemana y el de los asistentes a los cursos hubo que adaptar el idioma floral al campo científico. Así fue naciendo un estilo de enseñanza que conservaba la visión humanista e integral del Dr. Bach como la incorporación de una base asociada a la Psicología y la Psiquiatría, dos áreas del saber que me son familiares.
Debido a la confianza cosechada en todos esos años, a mi formación en gestalt, psicoanálisis y a un soporte personal vinculado a la creatividad y a la espiritualidad, escribo el libro “Tratado completo de terapia floral” y constituyo la Asociación española de Terapia Floral SEFLOR, en 1996.Hacia finales del 2000 se hizo evidente que el terapeuta floral merecía un espacio multidisciplinario de estudio, desarrollo personal, investigación, formación, y que ese lugar debía ser bautizado con un nombre que no diera lugar a dudas que lo allí tenía lugar era terapia floral. Nace así la Escuela Española de Terapia Floral (EETF) que está constituida por un equipo de Terapeutas Florales Integrativos para dar oportunidad laboral y profesional al floriterapeuta. En el año 2009 constituimos la Asociación de Terapia Floral Integrativa.
Agradezco a quienes me acompañaron y acompañan en esta visión integral de la Terapia Floral, como lugar de intercambio, pensamiento, sabiduría, terapéutica, y oportunidad de ejercicio laboral para el que desea realizarse en el arte de ayudarse a sí mismo y a los demás.
Susana Veilati, TFI
